En un mundo que avanza a toda velocidad y a menudo se siente desconectado, la amabilidad nos devuelve a lo que realmente importa. No se necesita mucho: solo un momento auténtico, un gesto cariñoso o una decisión discreta de cuidar. Las historias de esta colección son recordatorios sencillos y contundentes de que la compasión aún influye en las vidas, impulsa el cambio y nos mantiene en contacto.
Historia 1:
Mi nieta se estaba graduando de la universidad. Le hice un regalo a crochet; era todo lo que podía permitirme. Su otra abuela le regaló un coche nuevo. Mi nieta ni siquiera notó mi regalo. Me sentí tan pequeña y me fui temprano.
Al día siguiente, me desperté con una llamada: era mi hijo diciéndome que revisara mi teléfono. Me quedé paralizada al descubrir que mi nieta había publicado un largo mensaje en línea, junto con una foto del regalo a crochet que hice. Sus palabras me hicieron llorar.
Escribió sobre cómo mi regalo hecho a mano era el tesoro más preciado que llevaría consigo para siempre y lo orgullosa que estaba de tener una abuela como yo. La publicación se había vuelto viral, con miles de personas reaccionando y compartiendo mensajes cariñosos. Lágrimas de alegría corrían por mis mejillas; me sentí reconocida, profundamente apreciada.
Más tarde ese día, mi nieta vino a visitarme. Me abrazó fuerte y me dio las gracias en persona. Dijo que el auto que recibió fue una maravillosa sorpresa, pero que lo más importante para ella fue el tiempo, el amor y el esfuerzo que dediqué a su regalo de crochet.
Estoy muy orgullosa de tener una nieta tan amable, atenta y cariñosa. Los mejores regalos para tus seres queridos.