Las venas visibles, especialmente en manos, brazos o piernas, suelen considerarse un signo inofensivo de envejecimiento, baja grasa corporal o actividad física. Sin embargo, en algunos casos, la aparición repentina de venas puede indicar problemas de salud subyacentes que no deben descuidarse. A continuación, se presentan cinco afecciones que podrían estar detrás de esas venas abultadas y visibles.
1. Insuficiencia venosa crónica (IVC)
La insuficiencia venosa crónica ocurre cuando las válvulas venosas se debilitan o fallan, impidiendo que la sangre fluya eficientemente de regreso al corazón. Como resultado, la sangre se acumula en las extremidades, especialmente en las piernas, y las venas pueden aparecer dilatadas, torcidas o abultadas.
Los síntomas incluyen:
- Venas visibles, similares a cuerdas
- Hinchazón, pesadez o dolor en las piernas.
- Decoloración o úlceras cerca de los tobillos.
La IVC es más común en adultos mayores y en personas que permanecen de pie o sentadas durante largos periodos. Si no se trata, puede causar complicaciones graves, como úlceras en las piernas o coágulos de sangre.
2. Venas varicosas

Las varices son un trastorno venoso común que puede causar que las venas, especialmente en las piernas y, a veces, en los brazos, se hinchen y se retuerzan visiblemente. Si bien a menudo se consideran un problema estético, también pueden indicar una disfunción venosa subyacente.
Es posible que observes:
- Venas de color azul oscuro o púrpura que están elevadas o abultadas
- Ardor, picazón o pulsaciones alrededor de las venas.
- Calambres o fatiga en la extremidad afectada
- Los factores de riesgo incluyen la genética, el embarazo, la obesidad y pasar muchas horas de pie.