8 cosas que solo las mujeres con clase hacen y que las hacen inolvidables sin intentarlo

Como dijo Susan Cain, autora de Quiet: «No hay ninguna correlación entre ser la mejor conversadora y tener las mejores ideas». Estas mujeres lo entienden y dejan que su esencia hable por sí sola.

2. Dominan el arte de los límites

Solo con fines ilustrativos
Las mujeres refinadas no temen proteger su tiempo, energía ni principios, pero lo hacen con serenidad y amabilidad.

Rechazan una invitación sin excusas. Abandonan una conversación si esta cruza un límite. Dirán: “No estoy disponible para eso” y seguirán adelante, sin culpa.

Como dice Brené Brown: “Atreverse a establecer límites se trata de tener la valentía de amarnos a nosotras mismas incluso cuando corremos el riesgo de decepcionar a los demás”.

Estas mujeres viven de acuerdo con eso. Su fuerza serena y su autoestima crean un aura que se siente a la vez sólida e inspiradora.

3. Hablan con intencionalidad
¿Alguna vez has conocido a alguien que habla como si sus palabras realmente contaran?

Así se comunican las mujeres refinadas. No se apresuran a llenar el silencio, a caer en chismes ni a enmascarar los insultos con humor. En cambio, se detienen, reflexionan y hablan con intención.

Esto no significa que sean excesivamente formales o rígidas, todo lo contrario. Suelen ser cálidas, ingeniosas y accesibles. Pero sus palabras surgen de la consideración y la profundidad emocional, no de una reacción impulsiva.

Como dijo una vez el experto en inteligencia emocional Daniel Goleman: «Si tus habilidades emocionales no están bajo control… no llegarás muy lejos». Las mujeres así lideran con autoconciencia, y quienes las rodean lo perciben.

4. Se enorgullecen de los pequeños detalles

Solo con fines ilustrativos
Una mujer con verdadera clase no necesita marcas de lujo ni una casa impecable para causar una buena impresión. A menudo, son los detalles sutiles los que revelan su gracia.

Quizás sea el cuidado con el que plancha su blusa. O la forma en que envía una nota de agradecimiento escrita a mano. O cómo recuerda y usa con cariño el nombre de alguien en una conversación.

Estos gestos aparentemente insignificantes dicen mucho: reflejan respeto por uno mismo, consideración y aprecio por los pequeños detalles de la vida.

Como dijo Steve Jobs: «Los detalles importan. Vale la pena esperar para que salgan bien». Esa mentalidad no se aplica solo a la innovación, sino a nuestra forma de vida. Y las mujeres con clase viven naturalmente según ese principio.

5. No compiten, elevan.
Hay algo inolvidable en una mujer que celebra a los demás sin empequeñecerse.

Las mujeres con clase no se sienten amenazadas por el éxito ajeno. No necesitan superar ni menospreciar sutilmente a los demás para sentirse mejor.

En cambio, dicen cosas como: «Estuviste increíble en esa reunión» o «Estoy muy orgullosa de lo que estás construyendo».

Entienden que hay suficiente luz para todos.

Michelle Obama dijo una vez: «El éxito no se trata de cuánto dinero ganas. Se trata de la diferencia que marcas en la vida de las personas».

¿Qué mujeres he visto que realmente marcan la diferencia? Son generosas con sus elogios y humildes en sus triunfos.

6. Se responsabilizan.
¿Una de las maneras más rápidas de ganarse el respeto genuino? Reconocer tus errores.

 

 

 

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