La mayoría de los cánceres en etapa temprana son indoloros y difíciles de detectar, por lo que estar atento a los cambios corporales es crucial. Uno de los indicadores menos comentados, pero más reveladores, reside en nuestra rutina diaria de baño. Los sistemas urinario y digestivo suelen reflejar problemas de salud internos mucho antes de que aparezcan otros síntomas.
Por ejemplo, un familiar mío notó recientemente algo extraño: sus heces a menudo tenían un aspecto grasoso y flotaban, negándose a evacuar fácilmente. Inicialmente, creyó que se trataba de un problema digestivo menor, pero al acudir a un chequeo médico, los médicos le diagnosticaron cáncer de páncreas en etapa temprana. Gracias a la detección oportuna, aún tiene altas probabilidades de recuperación. Esta historia demuestra la importancia de observar cambios pequeños pero persistentes.
Por qué las heces y la orina pueden revelar enfermedades ocultas
Expertos médicos, como Cancer Research UK, enfatizan que las heces pálidas, aceitosas o la dificultad para evacuar podrían indicar malabsorción de grasas causada por un conducto pancreático obstruido. Otros cambios, como heces oscuras, rojas o negras, pueden indicar sangrado en alguna parte del tracto digestivo, a menudo relacionado con cáncer de colon o estómago. De igual manera, cambios inusuales en la orina, como espuma, dolor o sangre, pueden ser indicadores tempranos de problemas renales, hepáticos o de vejiga.
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