Salami de Pollo Casero que Te Hará Olvidarte del Comprado

Introducción
Si alguna vez has querido hacer tu propio salami de pollo en casa, esta receta es para ti. Es mucho más saludable y sabrosa que la versión comprada, ¡y es increíblemente fácil de hacer!

Ingredientes

1,2 kg de muslos de pollo deshuesados y sin piel

15 g de sal

70 g de nata fría

1 cucharadita de ajo en polvo (opcional)

1 cucharadita de pimienta negra

1 cucharadita de pimentón (opcional para darle un toque ahumado)

1 cucharadita de azúcar (opcional, para equilibrar el sabor)

Preparación

Preparar el pollo:

Coloca los muslos de pollo deshuesados y sin piel en un procesador de alimentos o en un bol grande.

Procesa el pollo hasta obtener una mezcla bastante fina, como si fuera una masa. Si lo prefieres más grueso, puedes procesarlo menos.

Mezclar los ingredientes:

Añade la sal, la pimienta, el ajo en polvo, el pimentón y el azúcar (si decides usarlo).

Agrega la nata fría y mezcla bien hasta que todo esté bien integrado y la masa tenga una consistencia homogénea.

Formar el salami:

Extiende un trozo de film plástico en una superficie plana. Coloca la mezcla de pollo en el centro y forma un rollo con las manos, asegurándote de que quede bien compactado.

Envuélvelo bien con el film plástico y asegúrate de apretar los extremos para que quede bien sellado.

Cocinar el salami:

Lleva el rollo de salami envuelto al congelador durante unas 2 horas para que tome forma.

Después, pon una olla grande con agua a hervir. Reduce el fuego a medio-bajo, coloca el salami de pollo en el agua (asegurándote de que esté completamente cubierto) y cocina durante unos 40-50 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido.

Si prefieres una textura más firme, puedes cocerlo un poco más.

Dejar enfriar y servir:

Saca el salami de pollo del agua y déjalo enfriar completamente antes de cortarlo en rodajas finas.

Una vez frío, estará listo para servirse y disfrutar.

Consejos de servicio y almacenamiento

Este salami de pollo casero se puede almacenar en el refrigerador durante 5-7 días.

Es perfecto para preparar bocadillos, sándwiches o como parte de una ensalada.

Si quieres darle un toque aún más sabroso, puedes añadir hierbas frescas, como perejil o albahaca, a la mezcla de pollo.

Variantes

Si prefieres una versión sin nata, puedes sustituirla por un poco de caldo de pollo para mantener la jugosidad.

Puedes experimentar con especias como la mostaza en polvo o el orégano para darle un toque más personal.

FAQ

¿Se puede congelar el salami de pollo?
Sí, puedes congelar el salami de pollo. Asegúrate de envolverlo bien en film plástico y almacenarlo en una bolsa de congelación. Se puede conservar por hasta 3 meses.

 

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