1. Pérdida de peso inexplicable: una pérdida de peso repentina e inexplicable puede ser un signo temprano de varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de estómago, pulmón y páncreas. Si nota una pérdida de peso significativa sin ningún cambio en su dieta o rutina de ejercicios, vale la pena que un profesional de la salud lo examine.
2. Fatiga persistente: sentirse inusualmente cansado a pesar de descansar lo suficiente puede indicar cánceres como leucemia, cáncer de colon o cáncer de estómago. La fatiga persistente suele ser uno de los primeros signos y puede ser bastante debilitante.
3. Dolor: el dolor crónico que no desaparece y no se puede explicar por otras afecciones puede ser un signo de cáncer. Por ejemplo, el dolor de espalda puede estar relacionado con el cáncer de colon o de ovario, mientras que los dolores de cabeza persistentes pueden estar asociados con tumores cerebrales.
4. Fiebre: una fiebre prolongada o recurrente que simplemente no desaparece puede ser un signo de cáncer, en particular cánceres de la sangre como leucemia o linfoma. Esto ocurre cuando se desencadena la respuesta inmunitaria del cuerpo.
5. Cambios en la piel: Esté alerta a los cambios en su piel, como nuevos crecimientos, llagas que no sanan o cambios en lunares existentes. Estos pueden ser indicativos de cáncer de piel.
6. Cambios en los hábitos intestinales o de vejiga: Cualquier cambio persistente en los hábitos intestinales, como diarrea, estreñimiento o cambios en la consistencia de las heces, puede ser una señal de advertencia de cáncer colorrectal. De manera similar, los cambios en la función de la vejiga pueden estar relacionados con el cáncer de vejiga o próstata.
7. Tos o ronquera persistentes: Una tos que no desaparece o una voz ronca que dura más de unas pocas semanas pueden ser una señal de cáncer de pulmón o de garganta.
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