El proceso de cremación, paso a paso
Preparación corporal
Antes de la fase de cremación, se siguen una serie de pasos rigurosos para preparar el cuerpo:
Identificación precisa del fallecido para evitar cualquier confusión.
Inspección y retirada de elementos no adecuados, como marcapasos, que pueden explotar si se calientan.
Colocación del cuerpo en un ataúd ligero, a menudo de madera o cartón, diseñado para una combustión rápida.
Entrada al crematorio
El ataúd se coloca en un recinto calentado entre 800 y 1.000 °C. Tan pronto como la puerta se cierra, el calor intenso comienza su acción.
Combustión de tejidos
Los tejidos blandos (piel, músculos, órganos) son los primeros en arder, convirtiéndose en gases y cenizas en 30 a 60 minutos.
Los huesos duran más tiempo, pero con el tiempo se vuelven frágiles bajo el efecto del calor.
Calcinación de huesos
Contrariamente a lo que se podría pensar, los huesos no desaparecen por completo. Se vuelven blancos y quebradizos, un proceso conocido como calcinación.
Enfriándose y convirtiéndose en cenizas
Una vez completados todos los pasos se dejan enfriar las sobras. Luego, un equipo especializado, llamado cremulador, reduce los huesos calcinados a un polvo fino: las cenizas funerarias que se dan a los seres queridos.
El papel discreto pero crucial del empleado del crematorio
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