En el mundo de los remedios naturales, pocas hierbas han ganado tanto respeto como el orégano, y más específicamente, el aceite de orégano. Venerado durante mucho tiempo en las antiguas culturas mediterráneas y del Medio Oriente, el aceite de orégano ha explotado en popularidad por una razón clave: funciona. Este poderoso extracto de hierbas no solo es bueno para sazonar la salsa para pasta, sino que es uno de los antimicrobianos naturales más potentes disponibles. Tanto la investigación como la evidencia anecdótica apuntan a la capacidad del aceite de orégano para eliminar parásitos, combatir infecciones urinarias y de la vejiga, reducir la actividad viral y calmar los síntomas de todo, desde la gripe hasta los brotes de herpes. ¿Qué hace que el aceite de orégano sea tan poderoso? La clave radica en sus compuestos activos, en particular:Carvacrol: un fenol con poderosas propiedades antibacterianas y antivirales. Ayuda a matar las bacterias dañinas e interrumpe el ciclo de vida de los parásitos. Timol: un compuesto antifúngico y antiséptico natural que aumenta la inmunidad y apoya los sistemas de defensa del cuerpo. Ácido rosmarínico: un fuerte antioxidante que reduce la inflamación y ofrece protección antiviral.
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