El funeral de un ser querido es un momento desgarrador. Con la prisa de los preparativos y la neblina del dolor, las familias suelen tomar decisiones rápidas, incluyendo qué conservar y qué desechar. Pero algunas cosas, una vez perdidas, nunca se pueden reemplazar. Ciertos objetos tienen más que un valor físico: conllevan un peso emocional, una historia familiar y una conexión con la persona que hemos perdido.
Aquí tienes cuatro cosas que nunca debes tirar en un funeral, ni siquiera si intentas superar la pérdida.
1. Notas o cartas escritas a mano
Ya sea una tarjeta que una vez te enviaron, una nota adhesiva en el refrigerador o una carta guardada en un cajón, estos escritos a mano son profundamente personales. Contienen los pensamientos de tu ser querido, en sus propias palabras, con su propia letra. Con el tiempo, leerlos puede evocar lágrimas, pero también consuelo y calidez.
Mucha gente se arrepiente de tirarlos en un momento de tristeza. Consérvalos. Algún día, podrían significar más de lo que imaginas.
2. Grabaciones de voz o mensajes de voz
En la era digital, a menudo pasamos por alto el poder de la voz. Ese breve mensaje de voz que nos dejaron —”Llámame cuando puedas” o “Te quiero, nos vemos pronto”— puede parecer insignificante ahora. Pero cuando se van, se convierten en un recuerdo vivo. Su tono, su risa, su forma de decir tu nombre: todo queda grabado en ese pequeño clip.
Guárdalo. Haz una copia de seguridad. Quizás lo reproduzcas cuando más lo extrañes.
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