Nunca imaginé que sería de las que espían, pero en cuanto descubrí que mi marido usaba una app de citas, mi mundo cambió por completo.
Mi primer impulso fue confrontarlo de inmediato, pero algo dentro de mí quería pruebas irrefutables antes de hablar.
Así que tomé una decisión que lo cambió todo: creé un perfil falso con una foto y una historia creíbles. En tan solo unas horas, coincidimos. Sentí una opresión en el pecho. Él no tenía ni idea de que era yo, y a medida que avanzaban nuestras conversaciones, se hizo dolorosamente evidente. No era solo aburrimiento ni curiosidad. Estaba comprometido.
Al principio, me aferré a la esperanza. Quizás pararía antes de que fuera demasiado lejos. Pero a medida que sus mensajes se volvían más cálidos y personales, la emoción en sus palabras era imposible de pasar por alto. Finalmente, le recomendé pasar una noche juntos.
⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬