A los 61 años, me volví a casar con mi primer amor. En nuestra noche de bodas, mientras desvestía a mi esposa, me impactó y me rompió el corazón ver…

 

– “Meena…” “¿Qué te pasó?”

Ella se dio la vuelta y se le quebró la voz.

—Tenía muy mal carácter. Me gritó y me golpeó… —Nunca se lo conté a nadie…

Me senté a su lado con lágrimas en los ojos. Me dolía el corazón por ella. Durante décadas, había vivido en silencio, aterrorizada y avergonzada, sin decir una palabra a nadie. Tomé su mano y la puse suavemente sobre mi corazón.

—“Todo está bien ahora.” Nadie te hará daño de ahora en adelante. “Nadie tiene derecho a hacerte sufrir… excepto yo, pero solo porque te amo demasiado.”

Los mejores regalos para tus seres queridos.

Ella estalló en sollozos silenciosos y temblorosos que resonaron por toda la habitación.

Sólo con fines ilustrativos

La abracé con fuerza. Su columna vertebral era frágil y sus huesos sobresalían ligeramente; esta pequeña mujer había vivido una vida de silencio y agonía.

Nuestra noche de bodas fue diferente a la de cualquier otra pareja joven. Simplemente nos quedamos tumbados uno junto al otro, escuchando el canto de los grillos en el patio y el viento susurrando entre los árboles. Le acaricié el pelo y la besé en la frente. Ella me acarició la mejilla y susurró:

 

 

 

Continúa en la página siguiente⏭️

Leave a Comment