El último momento antes de levantarnos, entre las 5 y las 7 de la mañana, es el intestino grueso el que se activa. Un despertar sistemático durante este período puede reflejar un tránsito intestinal alterado. Una digestión lenta, una dieta baja en fibra o una hidratación insuficiente pueden ser la causa. Considere tomar probióticos, infusiones digestivas y desayunos ricos en frutas para ayudar.
¿Qué hacer si los despertares persisten?
No se trata de sacar conclusiones precipitadas, sino de aprender a decodificar las señales del cuerpo. Si estos despertares se vuelven regulares lo mejor es consultar con un profesional de la salud. A veces, un simple ajuste en tu rutina o dieta es suficiente para recuperar noches tranquilas.
En resumen: cuando tu cuerpo se convierte en tu despertador
En lugar de ver estos despertares como meros caprichos nocturnos, véanlos como señales benévolas. Tu cuerpo habla, a su manera. ¿Qué pasaría si te tomaras el tiempo de escucharlo?
Gracias a todos los que leen estas líneas.
