Mezcla partes iguales de bicarbonato de sodio y azúcar en un tazón pequeño.
Espolvorea la mezcla en las áreas donde es probable que deambulen las cucarachas, como debajo de los lavabos, a lo largo de los zócalos o en grietas y hendiduras.
Reemplaza la mezcla cada pocos días para garantizar la eficacia.
2. Vinagre y agua en aerosol
El vinagre actúa como un disuasivo natural al eliminar los rastros de feromonas que utilizan las cucarachas para desplazarse.
Lo que necesitas:
Vinagre blanco
Agua
Botella rociadora
Cómo usar:
Mezcla partes iguales de vinagre y agua en una botella rociadora.
Rocía la solución en las áreas donde las cucarachas están activas, como encimeras, puntos de entrada y rincones oscuros.
Repite el procedimiento a diario para interrumpir sus rutas de escape.
3. Aceites esenciales
Ciertos aceites esenciales, como el de menta y el de árbol de té, repelen a las cucarachas con su fuerte aroma.
Lo que necesitas:
Aceite de menta o aceite de árbol de té
Agua
Botella rociadora