Colar la mezcla:
Con ayuda de una manta de cielo, cuela la mezcla y deja escurrir durante 1 hora para retirar todo el suero.
Sazonar:
Sazona con sal lo que quedó sobre la manta y mezcla muy bien.
Formar el queso:
Vierte la mezcla dentro de un molde donde puedas compactarla y darle forma circular.
Cubre con la manta, mete al refrigerador y deja reposar durante toda la noche.
Desmoldar y servir:
Pasado el tiempo, desmolda el queso con mucho cuidado.
Sirve, parte y disfruta.
¡Disfruta de tu queso casero!