Limpiar un horno puede ser una de las tareas domésticas más temidas. Entre la grasa incrustada y las manchas difíciles, no es de extrañar que mucha gente lo posponga todo lo posible. Pero, a diferencia de otras tareas aparentemente imposibles, limpiar un horno no tiene por qué ser una tarea sucia y laboriosa. Con los consejos y trucos adecuados, incluso el horno más sucio puede quedar como nuevo en un abrir y cerrar de ojos.
Si alguna vez has tenido problemas con limpiadores comerciales o has frotado sin parar sin éxito, estás en el lugar correcto. Este artículo presenta un truco sencillo, transmitido de generación en generación, que cambiará tu forma de limpiar el horno. Este método fácil utiliza artículos domésticos comunes para lograr resultados brillantes. Sigue leyendo para descubrir cómo puedes simplificar tu rutina de limpieza y ahorrar tiempo. Anuncio
Qué necesitarás:
1. Una cápsula de detergente lavavajillas
2. Una cacerola resistente al calor
3. Agua
Pasos para limpiar el horno:
1. Precalienta el horno a 93 °C (200 °F).
2. Mientras se precalienta el horno, llena la cacerola con agua y añade una cápsula de detergente lavavajillas.
3. Una vez que el horno alcance la temperatura deseada, coloca la cacerola en la rejilla central.
4. Cierra la puerta del horno y déjala reposar durante aproximadamente una hora. El vapor que se crea con el agua y la cápsula ayudará a eliminar la suciedad y la grasa del interior.
5. Después de una hora, apaga el horno y deja que se enfríe un poco. Ten cuidado con el vapor caliente al abrir la puerta.
6. Una vez que el horno esté lo suficientemente frío como para tocarlo, limpia el interior con un paño húmedo. La suciedad debería salir fácilmente sin necesidad de frotar con fuerza. Por qué funciona:
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