Pero gracias a la presencia de vitamina K y vitamina C que contiene, el pepino puede combatir los radicales libres y, combinado con otros ingredientes, crear una mascarilla facial económica y funcional.
En primer lugar cortamos el pepino en rodajas y las ponemos en la batidora, luego tras pasar todo por un colador, añadimos a esta crema un poco de clara de huevo y una cucharadita de aceite de oliva.
De esta manera podemos espolvorear la mezcla sobre nuestro rostro y dejarla actuar durante 15 minutos para luego enjuagar con agua fría y repetir esta operación al menos dos o tres veces por semana.
Con el tiempo, veremos que esta fórmula funciona mejor y que las arrugas tenderán a rellenarse y a ser menos visibles. Las arrugas tenderán a ser menos visibles.
La sociedad tiende a tener estándares de belleza muy altos y, especialmente en el mundo del espectáculo, está mal visto tener arrugas visibles, por lo que muchas celebridades recurren a la cirugía estética.
Con un poco de botox y silicona rellenan los surcos faciales y rejuvenecen la piel, mientras que otros prefieren no pasar por el quirófano y utilizan cremas que previenen la formación de grumos o modelan su apariencia.
Pero estos productos cosméticos tienen un coste considerable y muchas veces no son tan efectivos como prometen, y terminamos gastando dinero sin tener el efecto deseado.
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