Ayudó a un millonario en la carretera… y luego su anillo reveló un secreto familiar
Amara lo miró fijamente, sus rasgos ilegibles.
“Mi mamá se llamaba Jasmine Wells”, dijo en voz baja. “Falleció hace tres años. No hablaba de su padre. Cada vez que le preguntaba, decía que no estaba y que no quería estar”.
Elijah tragó saliva con dificultad. «Mi abuelo… no creo que supiera que estaba embarazada. Siempre creyó que Delilah simplemente se había ido».
Se quedaron en silencio, el aire entre ellos estaba denso con algo demasiado grande para nombrarlo.
—Traje algo —dijo Elijah, metiendo la mano en su abrigo. Sacó una fotografía desgastada, una que había sacado de los viejos álbumes de su abuelo la noche anterior. Era en blanco y negro. Un joven Howard Brooks estaba de pie junto a una mujer despampanante, con la cabeza ligeramente ladeada, una sonrisa juguetona y una mirada desafiante.
Amara lo tomó en sus manos lentamente. Su respiración se entrecortó.
“Esa es mi abuela”, susurró.
Elijah asintió. “Entonces… creo que eso nos convierte en familia”.
Ella lo miró atónita. “Entonces… ¿tu abuelo era mi abuelo?”
—Sí —dijo Elijah con voz grave—. Lo que significa que mi abuelo tenía una hija de la que nunca supo nada. Tu madre. Y supongo que eso te convierte en… mi primo.
Amara se recostó contra el coche, abrumada.
“Pasé toda mi vida pensando que veníamos de la nada”, dijo, casi para sí misma. “Mi madre tuvo tres trabajos cuando yo era niña. Construyó esta tienda desde cero. Estaba orgullosa, pero cargaba con una tristeza que nunca entendí. Quizás por eso”.
—Creo que merecía respuestas —dijo Elijah en voz baja—. Y creo que mi abuelo murió sin saber la verdad. Pero ya estamos aquí.

Amara negó con la cabeza, todavía aturdida. «Es una locura. Ayer, solo eras un tipo rico con traje y un coche destrozado. Y ahora eres familia».
Elijah se rió entre dientes, pero su risa estaba teñida de emoción.
“Supongo que el destino tenía una rueda pinchada planeada.”
Compartieron un momento largo y tranquilo.
⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬