El bizcocho de la abuela está riquísimo. Es un bizcocho casero, de los de toda la vida, y muy aromático. No queda reseco, sino muy jugoso. Y su punto fuerte es que queda muy, muy esponjoso. Un bizcocho que apetece en los desayunos y en las meriendas. ¡No te defraudará!
Para disfrutar de un riquísimo bizcocho de la abuela lo primero que vamos a hacer es poner los huevos, una pizca de sal y el azúcar en un bol.
Batimos bien, preferiblemente con varillas eléctricas porque es importante que la mezcla quede cremosa y aireada, hasta que se vuelva blanquecina y aumente su volumen.
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Añadimos poco a poco y sin dejar de batir la leche, el aceite y el zumo de la naranja. Después incorporamos la vainilla y la ralladura de la naranja, y volvemos a batir.
Aparte, mezclamos la harina con la levadura, y también la añadimos de forma tamizada a la mezcla, y mezclamos con las varillas de mano y movimientos envolventes hasta integrar a todos los ingredientes.
Vertemos la masa en el molde, forrado con papel de hornear o debidamente engrasado y ligeramente enharinado.
Precalentamos el horno a 170º C, con calor por arriba y por abajo, y cuando esté caliente metemos el molde. Dejamos que el bizcocho se haga, unos 55 minutos aproximadamente.
Transcurrido este tiempo lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando esté frío, desmoldamos y servimos. ¡Delicioso!