Tomate, cebolla y ajo: Forman la base del caldo y aportan profundidad de sabor. Es recomendable usar tomates frescos y bien maduros.
Papas, zanahorias y calabacitas: Estas verduras añaden dulzura natural y equilibrio al caldo. Las papas lo espesan ligeramente, las zanahorias aportan un toque dulce y las calabacitas le dan frescura.
Hierbabuena: Un ingrediente esencial en la receta tradicional. Su aroma y sabor fresco elevan el caldo y le dan un toque único.
Caldo de pollo o agua: La base líquida del plato. Si usas caldo de pollo casero, el resultado será aún más sabroso.
Sal y pimienta: Condimentos básicos que realzan todos los sabores del plato.
Sustituciones y consejos para los ingredientes
Si no tienes todos los ingredientes a la mano o quieres personalizar la receta, aquí hay algunas opciones:
Alternativas para la carne: Puedes usar carne de pollo, pavo o cerdo en lugar de la carne de res. También puedes hacer una versión mixta combinando diferentes tipos de carne.
Opción vegetariana: Sustituye la carne por lentejas cocidas y avena o quinoa para darle estructura a las albóndigas.
Diferentes hierbas y especias: Si no tienes hierbabuena, puedes usar cilantro o perejil, aunque el sabor será ligeramente diferente. Para un toque más especiado, prueba agregar comino o pimentón.
Sustituir el arroz: Si prefieres una opción baja en carbohidratos, puedes usar coliflor rallado en lugar de arroz dentro de las albóndigas.
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