Caldo de Albóndigas: Una Tradición Reconfortante y Deliciosa

1. Prepara las albóndigas:

Mezcla la carne molida con el huevo, el pan rallado, el ajo, la cebolla, el perejil, la sal y la pimienta.

Forma albóndigas del tamaño de una pelota de ping-pong y resérvalas en el refrigerador mientras preparas el caldo.

2. Prepara el caldo:

En una olla grande, calienta el aceite y sofríe la cebolla, el ajo y el tomate triturado hasta que estén bien integrados.

Agrega el agua o caldo y lleva a ebullición.

Incorpora las zanahorias, papas, calabacita y arroz (si lo deseas). Cocina por 10 minutos.

3. Agrega las albóndigas:

Con cuidado, añade las albóndigas al caldo. Cocina a fuego medio durante 20 minutos o hasta que las albóndigas estén cocidas y los vegetales tiernos.

Ajusta la sazón con sal y pimienta y agrega la ramita de cilantro antes de servir.

Consejos para servir y almacenar:

Sirve el caldo caliente con tortillas de maíz o pan fresco.

Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días. Para recalentar, calienta a fuego bajo en una olla.

Variantes:

Sustituye el arroz por fideos o lentejas para variar la textura del caldo.

Añade espinacas o chayote para más nutrientes.

Si prefieres un toque picante, incluye chiles en el sofrito inicial.

Preguntas frecuentes (FAQ):

¿Puedo usar otra carne para las albóndigas?

Sí, puedes usar pollo molido, pavo o incluso pescado para adaptarlo a tus preferencias.

¿Es necesario añadir arroz al caldo?

No, el arroz es opcional y puedes omitirlo o sustituirlo según tu gusto.

¿Cómo consigo que las albóndigas no se deshagan?

Asegúrate de amasar bien la mezcla y refrigerarlas antes de cocinarlas para que mantengan su forma.

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