Casada durante tres años, pero cada noche su esposo dormía en la habitación de su madre, hasta que una noche lo siguió y descubrió la verdad que nunca esperó.

—No. Solo estoy recuperando lo que no me pertenece.

Usé ese dinero para abrir una pequeña cafetería en San Diego, donde también conocí mi pasado. La cafetería estaba cerca del mar, siempre llena de luz y con el aroma del café caliente. Trabajé duro, decorando yo mismo cada rincón.

A los clientes les encantó no solo por las deliciosas bebidas, sino también por el eslogan “hagi” en la puerta:

“El silencio es el arma de los que han sido despreciados”.

Tres años después, mi café se convirtió en una pequeña cafetería de la zona.
Vivía con libertad, independencia y paz.

Un día, un desconocido llegó al café: era Michael. Era delgado y estaba ausente.

Él susurró:

Lo perdí todo. Ella se fue, mis padres no me perdonaron…
Solo quería verte, lo siento.

Lo miré, todavía más enojada, pero aliviada.

Imagen generada

Ya sabes, antes pensaba que la felicidad era estar con la persona que amo.
Pero ahora lo sé: la verdadera felicidad es cuando alguien puede hacerte daño otra vez.

Me alejé de la mesa, dejándolo sentado solo en el medio del restaurante.

Mi historia se extendió por toda la ciudad como una pequeña leyenda.

La gente dijo:

 

 

 

⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬

Leave a Comment