Enfriamiento: Deje que los hongos se enfríen completamente a temperatura ambiente. Esto evita la condensación, que puede dejarlos empapados.
Recipiente hermético: Coloque los hongos enfriados en un recipiente hermético. Si tiene varias capas, utilice papel pergamino entre ellas para evitar que se peguen.
Refrigeración: Conserva el envase en el refrigerador si piensas consumirlos dentro de unos días. Deberían permanecer frescos durante unos 3 a 5 días.
Congelación: Si deseas conservarlas por más tiempo, puedes congelarlas. Extiende los hongos en una sola capa sobre una bandeja para hornear y congélalos hasta que estén sólidos. Luego transfiéralos a una bolsa o recipiente para congelador. Pueden durar hasta 2-3 meses en el congelador.
Recalentar: Cuando esté listo para comerlos, caliéntelos en el horno a 375 °F (190 °C) durante aproximadamente 10 a 15 minutos para restaurar su textura crujiente.
Conclusión
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