- Prepare su piel: limpie completamente el área a tratar con agua tibia y jabón suave.
- Aplicar suavemente: extender una fina capa de pasta de ajo sobre la zona afectada.
- Dejar actuar un máximo de 30 minutos: Escucha tu piel; Si siente hormigueo o molestias, retire el tratamiento antes.
- Enjuagar con agua tibia y secar suavemente.
- Repita de 2 a 3 veces por semana para obtener resultados progresivos.
Cosas que debes saber antes de empezar
Como con cualquier tratamiento casero, es aconsejable probar en una pequeña zona de piel antes de cualquier uso prolongado. Dado que el ajo es un ingrediente poderoso, es importante prestar atención a cómo te sientes y ajustar la frecuencia de uso según tu tolerancia.
Ten en cuenta también que no se trata de una solución milagrosa instantánea, sino de un gesto suave y complementario , que hay que integrar en una rutina que respete tu piel.
A veces los tesoros más sencillos se esconden en nuestras cocinas… y nos cuidan con facilidad .