Cómo hacer este super postre ¡Es un manjar! Te lo pedirán que vez que te juntes!

Disolvé la maicena en el vaso de leche fría que reservaste y agregala a la mezcla de yemas y azúcar. Mezclá bien hasta integrar todo.
Retirá la rama de canela y la cáscara de limón de la leche caliente.
Verté la leche caliente poco a poco sobre la mezcla de yemas, revolviendo constantemente para evitar que las yemas se cuajen.
Pasá la mezcla nuevamente a la cacerola y cociná a fuego medio-bajo, revolviendo sin parar con una cuchara de madera o un batidor de mano para evitar que se pegue o forme grumos.
Cociná hasta que la preparación espese y tenga una consistencia cremosa, sin dejar que hierva para que no se corte.
Cuando las natillas estén listas, retirá del fuego y volcá la mezcla en recipientes individuales o en un bol grande.
Si querés darle un toque extra, colocá una galletita sobre cada porción mientras la crema aún está caliente.
Dejá enfriar a temperatura ambiente y luego llevá a la heladera por al menos 2 horas para que tome cuerpo.
Antes de servir, espolvoreá canela en polvo por encima de cada porción.
Consejos para que te salga perfecta
Si querés un sabor más intenso, podés agregar una cucharadita de esencia de vainilla a la leche caliente.
Para una versión más liviana, reemplazá la leche entera por leche descremada o de almendras.
Si te gusta una textura más aireada, batí un poco la mezcla después de que haya enfriado.
Este postre queda espectacular acompañado con un poco de dulce de leche o crema batida.
Este postre es tan fácil de hacer y queda tan rico que se va a convertir en un infaltable en tus reuniones.

¡Probalo y disfrutá de una receta casera llena de sabor!

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