Preparar la pulpa de maracuyá: Si usas maracuyás frescos, corta las frutas por la mitad y extrae la pulpa con una cuchara. Si prefieres un helado suave, cuela la pulpa para eliminar las semillas. Si te gustan las semillas en el helado, puedes dejarlas.
Mezclar la leche condensada y la pulpa: En un tazón, mezcla la leche condensada con la pulpa de maracuyá. Prueba la mezcla para ver si necesitas añadir azúcar. Si la pulpa no es muy ácida, tal vez no necesites más dulzor.
Batir la crema de leche: En otro tazón, bate la crema de leche con una batidora eléctrica hasta que forme picos suaves (es decir, que no esté completamente rígida, pero sí esponjosa).
Unir las mezclas: Con movimientos envolventes, mezcla la crema batida con la mezcla de leche condensada y maracuyá. Asegúrate de que todo esté bien incorporado.
Congelar: Vierte la mezcla en un recipiente apto para el congelador. Cubre el recipiente y congélalo durante al menos 6 horas o hasta que esté firme.
Servir: Saca el helado unos minutos antes de servir para que sea más fácil de manejar.
