El primer paso es: Calentar el horno.
Encienda el horno a temperatura alta (400°F, 200°C). Las patatas se cocinarán de manera uniforme y tendrán un exterior crujiente si haces esto.
A continuación, preparamos las patatas.
Para eliminar cualquier suciedad, lavar bien las patatas bajo el chorro de agua. Sécalos con una toalla limpia. Para garantizar que el vapor pueda escapar durante la cocción, haga muchos agujeros en cada papa con un tenedor.
En tercer lugar, añade condimentos a las patatas.
Cubra las patatas con aceite de oliva por ambos lados. Hacerlo ayudará a que la piel quede crujiente. Cubre las patatas uniformemente con sal y pimienta negra espolvoreándolas.
El cuarto paso es hornear las patatas.
Coloca las patatas en la rejilla del horno inmediatamente, dejando algo de espacio entre cada una para garantizar que se asen de manera uniforme. Después de 45 a 60 minutos en el horno, las patatas deben estar lo suficientemente tiernas como para pincharlas fácilmente con un tenedor. Un exterior crujiente y un interior tierno y esponjoso son los objetivos.
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