Cuando la pérdida del olfato se convierte en una señal de alerta

La pérdida o reducción del olfato, conocida médicamente como anosmia (pérdida completa) o hiposmia (pérdida parcial), es un síntoma común que puede deberse a diversas razones, como resfriados, alergias o infecciones sinusales. En muchos casos, es temporal e inofensiva. Sin embargo, hay situaciones en las que una transformación repentina o progresiva del sentido del olfato debe considerarse una señal de alerta importante, que podría indicar una enfermedad grave o incluso la proximidad de la etapa final de la vida.

1. Pérdida repentina sin motivo aparente

Si el sentido del olfato desaparece repentinamente sin congestión nasal, fiebre ni enfermedad reciente, podría indicar problemas que afectan al sistema nervioso y no solo a la nariz. La pérdida repentina e inexplicable del olfato puede estar relacionada con un traumatismo craneoencefálico, un accidente cerebrovascular o enfermedades neurológicas. En estos casos, la evaluación médica es urgente, ya que la detección temprana puede mejorar los resultados del tratamiento.

 

 

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