Cuando la pérdida del olfato se convierte en una señal de alerta

2. Acompañado de síntomas neurológicos
La pérdida del olfato se vuelve especialmente preocupante cuando se acompaña de otros signos neurológicos como mareos, debilidad en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o pérdida de memoria a corto plazo. Estos síntomas podrían indicar etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o una lesión cerebral. Dado que el nervio olfatorio está directamente conectado al cerebro, los cambios en la percepción del olfato suelen ocurrir antes que otros síntomas más evidentes.

3. En pacientes con enfermedades graves o en personas mayores

En personas que ya padecen enfermedades avanzadas como cáncer, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal, una disminución marcada en la percepción del olfato puede ser, en ocasiones, una señal leve del cuerpo de que está entrando en una fase terminal. En tales casos, puede ir acompañada de disminución del apetito, pérdida de peso y fatiga. Si bien no es un predictor directo de muerte súbita, es una señal de que el cuerpo está experimentando un declive fisiológico significativo.

4. Experimentar olores fantasma u olores distorsionados
Si empieza a percibir olores que no existen (fantosmia) o si los olores familiares repentinamente le resultan desagradables o extraños (parosmia), esto podría indicar un daño en el nervio olfatorio o en los centros cerebrales que procesan el olfato. Se han registrado olores fantasma como humo, goma quemada o olores excesivamente dulces sin ninguna causa aparente. Estos pueden ser síntomas de tumores cerebrales, infecciones o enfermedades degenerativas.

5. Pérdida del olfato progresiva
Si su capacidad para oler empeora significativamente durante semanas o meses, podría indicar una afección progresiva como un tumor cerebral, degeneración neurológica o sinusitis crónica que requiere un diagnóstico oportuno.

 

 

 

⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬

Leave a Comment