Durante una visita a la clínica, un médico observa que una adolescente se comporta de forma extraña cerca de su padre. Una ecografía pronto revela algo profundamente perturbador…

El silencio fue una confirmación.

Valeria sintió una mezcla de indignación y profunda tristeza, pero mantuvo la calma.

“Laura, lo que estás pasando es gravísimo. No estás sola. Voy a protegerte, ¿de acuerdo?”

La adolescente la miró con ojos desesperados.

“Nunca me deja sola en casa. Siempre me está vigilando. Y si lloro, dice que es mi culpa. Que tengo que portarme bien. Que…” Se le quebró la voz. “…que debería estar agradecida”.

Valeria tomó una decisión.

“Voy a llamar a una trabajadora social y a la policía. Te van a ayudar. Ningún niño debería pasar por esto”.

Laura tembló.

“¿Y si se enoja? Él… puede ser muy diferente cuando no hay nadie cerca”.

“Eso se acabará hoy”, dijo el médico.

Leave a Comment