2 calabacines medianos, cortados en rodajas finas a lo largo (use una mandolina para obtener rodajas uniformes)
1 taza de harina para todo uso
1/2 taza de agua con gas (o agua sin gas, pero el agua con gas le da un toque crujiente)
1/4 cucharadita de sal (ajuste al gusto)
Pimienta negra recién molida, al gusto
Opcional: 1/4 cucharadita de ajo en polvo o hierbas secas (como orégano o tomillo) para un sabor extra
Para freír:
Aceite vegetal o aceite de oliva, para freír
Para servir:
Rodajas de limón (para exprimir sobre la scarpaccia)
Opcional: Salsa marinara, tzatziki o alioli para mojar
Instrucciones paso a paso
1. Prepare los calabacines
Lave y seque bien los calabacines. Con una mandolina o un cuchillo afilado, córtelos a lo largo en tiras finas (de unos 3 mm de grosor).
Seque las rodajas con papel absorbente para eliminar el exceso de humedad. Esto ayuda a crear una textura más crujiente.
2. Prepara la masa
En un tazón, bate la harina, el agua con gas, la sal y la pimienta hasta que quede suave. La masa debe ser ligera y tener la consistencia de un panqueque.
Si lo deseas, agrega ajo en polvo o hierbas secas a la masa para darle un toque extra de sabor.
3. Cubre el calabacín
Sumerge cada rodaja de calabacín en la masa, asegurándote de que esté cubierta uniformemente, pero sin que quede demasiado gruesa. Deja que escurra el exceso de masa antes de freír. 4. Fríe la Scarpaccia
Calienta aproximadamente 1 cm de aceite en una sartén grande a fuego medio. Para comprobar si el aceite está listo, vierte un poco de masa; si chisporrotea y flota, el aceite está lo suficientemente caliente.
Coloca con cuidado las rodajas de calabacín rebozadas en el aceite caliente, trabajando en tandas para evitar que se amontonen.
Fríe de 2 a 3 minutos por lado, o hasta que estén doradas y crujientes. Dale la vuelta a las rodajas con cuidado usando pinzas.
5. Escurre y sirve
Transfiere las rodajas de calabacín fritas a un plato con papel absorbente para escurrir el exceso de aceite.
Espolvorea con una pizca de sal mientras aún estén calientes para realzar el sabor.
Sirve inmediatamente con gajos de limón y la salsa que prefieras. Consejos para un éxito
Usa agua con gas: La carbonatación del agua con gas crea pequeñas burbujas en la masa, lo que resulta en una textura extracrujiente.
No te saltes el secado del calabacín: eliminar el exceso de humedad asegura que la masa se adhiera bien y quede crujiente.
Experimenta con condimentos: Agrega queso parmesano, pimentón o hierbas frescas a la masa para darle un toque único.
Para una versión más saludable: Hornea las rodajas de calabacín empanizadas en una bandeja para hornear forrada con papel vegetal a 200 °C (400 °F) durante 10 a 12 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo para una versión más ligera. Por qué funciona esta receta
Esta scarpaccia de calabacín transforma una simple verdura en un plato crujiente y sabroso, que rivaliza con cualquier versión con carne. Su fina corteza crea un delicado crujido, a la vez que realza el dulzor natural del calabacín. Como entrante o plato principal, esta receta ofrece un sabor y una textura excepcionales sin necesidad de conocimientos culinarios avanzados.
Conclusión: El calabacín se roba el protagonismo
Tanto si se te antoja un plato vegetariano, como si quieres aprovechar tus calabacines de verano o simplemente quieres probar algo nuevo, esta scarpaccia de calabacín te encantará. Sus intensos sabores, su textura crujiente y su versatilidad la convierten en una receta excepcional, tan práctica como deliciosa. Además, su versatilidad te permite personalizarla para cualquier ocasión.
¡Nos encantaría ver tus creaciones! Etiquétanos en tus fotos o comparte tus variaciones favoritas: ¡tu versión de esta scarpaccia de calabacín podría inspirar a otros a probarla también! 🥒✨