El multimillonario quedó en shock al reconocer a la camarera como su hija desaparecida hacía 15 años, sacando a la luz el complot de su esposa.

Margarita palideció.

Quince años antes, a Enrique le habían dicho que su hija recién nacida había muerto en un accidente doméstico. Recordó haber sollozado sobre una manta rosa bordada con la letra “E”. Margarita estaba allí, insistiendo en que era el destino, una cruel inevitabilidad.

Pero ahora… esta joven estaba frente a él, y su alma gritaba:
Ella es mi hija.

Se le quebró la voz.

—¿Cuántos años tienes?

“Quince, señor. Pronto cumpliré dieciséis”, susurró Lily.

El tenedor de Margarita tintineó.

Enrique se levantó de golpe.

—Tenemos que hablar. Ahora.

“¿Señor? Pero… estoy de servicio”, balbuceó Lily.

“Es urgente”. Se giró hacia el gerente. “Cubriré todo su turno, por favor”.

Margarita lo agarró del brazo.

—¡Enrique, te estás humillando!

Se soltó.

—Solo cinco minutos.

El gerente, intrigado, asintió.

—Lily, sal un momento.

Bajo las cálidas farolas de BGC, Enrique se acercó para mirar a Lily a los ojos.

—¿Tienes algo de tu infancia? ¿Una marca, un recuerdo, una manta?

Le tocó el cuello.

⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬

Leave a Comment