EN NIGERIA, 35 CRISTIANOS ESTÁN A PUNTO DE MORIR… ¡PERO DIOS INTERVIENE CON UNA TORMENTA!

“Sentí que Dios había abierto el cielo para decir: ‘Todavía no. No hoy.’”

La tormenta duró exactamente siete minutos. Ni uno más, ni uno menos. Suficiente para dispersar por completo a los atacantes, pero no lo bastante larga como para provocar daños en las casas o en la estructura del pueblo.
Cuando la lluvia paró, la luna reapareció tímidamente, como si hubiera observado el milagro desde una ventana celestial.

Los cristianos fueron liberados por los pocos vecinos que habían logrado esconderse. Muchos lloraban. Otros cantaban. Todos sabían lo mismo: no fue suerte, no fue casualidad… fue intervención divina.

Desde esa noche, Gawar Tashi se ha convertido en un símbolo de esperanza en Nigeria.
Un recordatorio de que incluso en los desiertos más oscuros, la fe puede abrir los cielos.