¿Es posible dormir en la cama de una persona fallecida?

Cuando una persona muere, lo que queda en la habitación no es oscuridad. Es recuerdo. Es el rastro de todo lo vivido allí: conversaciones, cariño, risas, noches de compañía, oraciones compartidas.

El miedo surge no porque haya algo malo en la habitación, sino porque enfrentarlo nos obliga a mirar lo que evitamos:

Nuestra tristeza.

Nuestro vacío.

Nuestra mortalidad.

Por eso muchos tienen miedo de dormir allí. No le temen a la cama. Temen revivir el dolor.

Pero el amor no desaparece. Se transforma.

Lo que había en esa habitación no era la muerte: era la vida.

La cama no es una tumba. Es un testigo de lo que existió.

Dormir en la cama de una persona fallecida no está prohibido.

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