En definitiva, el VPH no tiene por qué afectar la salud ni las relaciones. Con el conocimiento y las medidas adecuadas, es un problema que se puede controlar, gestionar y, en gran medida, prevenir.En definitiva, el VPH no tiene por qué afectar la salud ni las relaciones. Con el conocimiento y las medidas adecuadas, es un problema que se puede controlar, gestionar y, en gran medida, prevenir.