Quizás no te des cuenta, pero los calcetines pueden albergar una cantidad sorprendente de bacterias. Usarlos para dormir puede parecer inofensivo, pero este hábito puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de piel.
Para muchas personas, ponerse los calcetines antes de dormir les brinda comodidad y calidez. Sin embargo, esta sencilla rutina puede ocultar inconvenientes reales. Los estudios demuestran que los calcetines suelen contener más bacterias que las superficies que normalmente consideramos sucias, a veces incluso más que el asiento del inodoro.
Por qué los calcetines se convierten en un foco de bacterias
El principal problema radica en el contacto prolongado entre la tela y la piel. Los pies producen sudor de forma natural, y cuando este queda atrapado dentro de los calcetines durante la noche, crea un ambiente cálido y húmedo donde las bacterias proliferan. Con el tiempo, esto puede provocar irritación, infecciones y mal olor persistente.
Los calcetines acumulan más que solo sudor. Las células cutáneas D3ad y pequeñas partículas de suciedad también quedan atrapadas en la tela. Sin ventilación, la piel no puede respirar correctamente y los microorganismos se multiplican rápidamente. Los materiales también influyen: las telas sintéticas tienden a retener la humedad, mientras que las fibras naturales mantienen la piel más seca.
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