La combinación de maquillaje y contaminación es una auténtica fábrica de radicales libres. Estas pequeñas moléculas inestables atacan el colágeno, la famosa red de soporte natural que da a la piel su elasticidad y firmeza. ¿El resultado? Arrugas prematuras, pérdida de luminosidad y una tez apagada. ¿Pensabas que tus productos antiedad eran efectivos? Lástima, pasar la noche sin desmaquillarte puede limitar sus efectos.
Tus ojos también necesitan respirar.
Rímel, delineador de ojos, sombra de ojos… Estos productos no solo son resistentes, sino también los más insidiosos. Durante la noche, pueden migrar al ojo, irritar la conjuntiva, causar picor o, peor aún, infecciones. ¿Alguna vez has tenido un orzuelo al despertar? ¿Ese doloroso granito en el párpado? Podría ser simplemente el resultado de haber olvidado el rímel.
Una historia real inquietante: una mujer australiana se encontró con concreciones negras bajo los párpados, formadas por residuos de rímel acumulados durante… ¡años! Tuvo que ser intervenida médicamente. Este caso extremo ilustra por qué esta zona frágil nunca debe descuidarse.
Pestañas debilitadas, incluso ausentes.
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