Aunque esto podría deberse simplemente a la piel seca o al calor, también podría ser una señal temprana de algo más grave.
Un farmacéutico ha revelado una señal clave de alerta de una afección grave a la que debe prestar atención, y está relacionada con los pies.
Nuestro cuerpo a menudo tiene formas extrañas de decirnos que algo anda mal, y no siempre son obvias.
Aunque los talones de los pies no sean el primer lugar que mire al revisar su salud, podrían ser el indicador de un diagnóstico temprano de ciertas enfermedades.
Además de las sospechas habituales, como el pie de atleta y los juanetes, los pies pueden ser una señal de alerta temprana de múltiples enfermedades, como enfermedades cardíacas y problemas circulatorios.
Sin embargo, en esta ocasión, nos referimos a la diabetes.
La diabetes es una afección que provoca un nivel de glucosa (azúcar) en sangre demasiado alto. Según el sitio web del NHS, los síntomas incluyen sed constante, orinar más de lo habitual, cansancio extremo y pérdida de peso sin proponérselo.
Los talones agrietados pueden ser una señal de alerta temprana de diabetes no diagnosticada (Getty Stock Image)
La diabetes tipo 1 suele diagnosticarse en la infancia, pero puede desarrollarse a cualquier edad y no se puede prevenir.
Mientras tanto, la diabetes tipo 2 a veces se puede prevenir o detener con cambios en el estilo de vida y tratamiento.
Niamh McMillan, superintendente de farmacia en Superdrug, declaró a The Express que los talones agrietados podrían indicar diabetes no diagnosticada.
Comentó a la publicación: “Tus pies pueden revelar mucho sobre tu salud general, y hay varios síntomas que pueden parecer leves, pero podrían indicar algo más grave.
Si pequeños cortes o llagas en los pies no cicatrizan en pocos días, esto podría ser una señal de alerta”.
Esto se debe a que los niveles elevados de azúcar en sangre, también conocidos como niveles de glucosa en sangre, pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos que irrigan los nervios de los pies.
Según el sitio web de Diabetes UK, cuando los pequeños vasos sanguíneos se dañan, se puede impedir que los nutrientes esenciales lleguen a los nervios.
Se puede perder la sensibilidad en los pies, lo que se conoce como neuropatía periférica o daño nervioso.
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