1. Preparar la masa:
En un bol grande, comienza mezclando la manteca con el azúcar hasta obtener una crema suave. A continuación, agrega los huevos uno por uno, asegurándote de mezclar bien después de cada adición. Incorpora la esencia de vainilla y, si lo deseas, la ralladura de limón para darle un toque aromático extra. Tamiza la harina leudante sobre la mezcla y amasa con las manos hasta formar una masa homogénea. La clave aquí es no trabajar demasiado la masa para que no pierda su textura suave. Una vez lista, cubre la masa con papel film y refrigera por al menos 30 minutos.
2. Preparar el relleno:
Mientras la masa reposa, prepara el relleno. Si has optado por usar dulce de membrillo, córtalo en cubos y colócalo en una cacerola a fuego bajo junto con el agua. Remueve constantemente hasta que el dulce se derrita y forme una pasta suave. Si prefieres el dulce de leche, simplemente colócalo en un bol y resérvalo para el armado de la tarta.
3. Armar la Pasta Frola:
Precalienta el horno a 180°C. Divide la masa en dos partes: una más grande para la base y otra más pequeña para las tiras decorativas. Estira la parte más grande con un rodillo y cubre el molde previamente enmantecado y enharinado. Vierte el relleno sobre la masa, distribuyéndolo de manera uniforme. Con la masa restante, forma tiras delgadas y colócalas en forma de rejilla sobre el relleno.
4. Hornear:
Hornea la Pasta Frola en el horno precalentado durante unos 30-40 minutos, o hasta que la masa esté dorada y crujiente. Deja enfriar antes de desmoldar y servir.
