
Historias con moraleja, noticias y relaciones En plena noche, un yerno llamó a su suegro y le pidió que se llevara a su hija y la reeducara. Pero lo que el suegro trajo momentos después lo dejó atónito.
Rohan se quedó paralizado. Los papeles del divorcio estaban sobre la mesa, un cruel reflejo de su orgullo.
Nadie dijo nada más. El Sr. Sharma se dio la vuelta y salió por la puerta principal sin mirarla de nuevo.
Priya se levantó lentamente. Siguió a su padre en silencio. Pero justo antes de salir, se giró y dijo en voz baja:
“No necesito reeducación. Solo necesito amor y respeto”.
La puerta se cerró tras ella. La casa quedó en silencio, más fría que nunca.
Rohan se hundió en el sofá, con las manos temblorosas, mientras abría el expediente y releía las audaces declaraciones del Sr. Sharma. Sin gritos. Sin violencia. Solo palabras, tan duras que dejaban cicatrices.
Esa noche, por primera vez en su vida, Rohan comprendió realmente lo que significaba perder algo importante. Y cómo el precio del orgullo a veces se paga… en silencio.