Pies firmes en el suelo
Sentarse con las piernas juntas y los pies apoyados en el suelo proyecta una sensación de disciplina y atención. Tienden a ser personas más abiertas y expresivos con sus emociones, y en ocasiones pueden resultar demasiados directos, ya que no les da miedo compartir sus pensamientos.
Por el contrario, los que se sientan con los pies cruzados o debajo de la silla pueden encontrar difícil socializar, ya que a menudo lo ven como un entorno competitivo en el que deben ser cautelosos con los demás.
En el lado negativo, es posible que te cueste aceptar las críticas, ya que las percibe como un ataque personal más que como un comentario constructivo.
Rodillas juntas, piernas inclinadas
Si te gusta sentarte con los pies en el suelo, las rodillas tocándose pero las piernas inclinadas hacia un lado, es probable que seas paciente y decidido. Tu aspecto físico es una prioridad y te esfuerzas por presentarte de la mejor manera posible.
Tampoco te gustan las prisas y cree que las cosas se pondrán en su sitio a su debido tiempo. Sin embargo, puedes ser inseguro y tener problemas con las críticas, tomándotelas como algo personal, lo que te lleva a ponerte a la defensiva.