Los culpables son numerosos y, a veces, insospechados:
Ciertos alimentos (mariscos, huevos, frutos secos)
Medicamentos (antibióticos, antiinflamatorios)
Factores ambientales (polen, caspa de mascotas)
Estímulos físicos (fluctuaciones de temperatura, presión sobre la piel, exposición solar)
Infecciones virales
Estrés, que a menudo agrava la urticaria
A veces, no hay una causa identificable. Esto no es raro, y eso no significa que te lo estés imaginando.
¿Cómo puedes aliviar la urticaria a diario?
Por suerte, existen soluciones:
