3. Cocinar la crema:
Retira la cáscara de limón y la rama de canela de la leche caliente. Vuelve a poner la leche a fuego medio, agrega el azúcar y la mezcla de maicena disuelta. Remueve constantemente con una espátula o varillas para evitar que se formen grumos.
Cocina la mezcla hasta que espese y tenga una consistencia similar a una crema espesa, luego retira del fuego.
4. Dejar enfriar:
Vierte la mezcla en un molde rectangular o cuadrado (ligeramente engrasado o cubierto con papel film) de modo que quede de unos 2-3 cm de grosor. Alisa la superficie y cubre con papel film tocando la crema para evitar que se forme una costra. Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera durante al menos 4 horas o hasta que esté bien firme.
5. Cortar y rebozar:
Una vez que la mezcla esté firme, córtala en cuadrados o rectángulos. Pasa cada porción primero por harina y luego por huevo batido.
6. Freír:
Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. Fríe los trozos rebozados hasta que estén dorados por ambos lados. Retira y coloca sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
7. Servir:
Espolvorea los trozos de leche frita con una mezcla de azúcar y canela en polvo antes de servir.
Consejos:
Puedes servir la leche frita acompañada de un poco de miel o salsa de chocolate para darle un toque extra de sabor.
Asegúrate de que la mezcla esté bien fría antes de cortarla, para que mantenga su forma al freír.
¡Disfruta de esta deliciosa leche frita, crujiente por fuera y cremosa por dentro! 🥛🍬