– En una cacerola grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Una vez derretida, agrega la harina y cocina durante 1 o 2 minutos hasta que la mezcla esté dorada y burbujeante.
– Agrega la leche gradualmente, asegurándote de que no queden grumos. Agrega la mostaza de Dijon, la sal, la pimienta y el pimentón ahumado. Sigue revolviendo hasta que la salsa espese, aproximadamente de 3 a 5 minutos.
– Retira la cacerola del fuego y agrega los quesos cheddar, mozzarella y parmesano hasta que se derritan y queden suaves.
– En un tazón grande o en la misma cacerola que usaste para cocinar la pasta, combina la pasta cocida con la salsa de queso. Mezcla hasta que la pasta esté cubierta de manera uniforme.
– Si lo desea, transfiera los macarrones con queso a una fuente para horno engrasada. Combine el pan rallado y la mantequilla derretida en un tazón pequeño y espolvoree por encima. Hornee a 375 °F (190 °C) durante 15 a 20 minutos, o hasta que estén dorados y burbujeantes.
– Sirva caliente y disfrute de la perfección cremosa y con queso.
– Almacenamiento:** Guarde las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 4 días.
– **Recalentar:** Recalentar en un microondas o en la estufa con un chorrito de leche para restaurar la cremosidad.
– **Congelar:** Congele los macarrones con queso en porciones hasta por 2 meses. Descongele en el refrigerador y recaliente antes de servir.
2. Versión con carne:** Mezcla tocino cocido, carne molida o pollo desmenuzado para un plato más sustancioso.
3. Cargada de vegetales:** Incorpora brócoli al vapor, pimientos rojos asados o espinacas salteadas para agregar nutrientes.
4. Estilo gourmet:** Cambia el queso cheddar por gruyère, fontina o brie para una versión más sofisticada.
5. **Macarrones con queso y langosta:** Incorpora trozos de carne de langosta cocida para un manjar lujoso.
¡Sí! Las conchas, los penne o los cavatappi son excelentes alternativas a los macarrones con coditos.
Por supuesto. Usa pasta sin gluten y reemplaza la harina común por una mezcla de harinas sin gluten.
Esto puede suceder si el queso se calienta demasiado o se agrega demasiado rápido. Siempre derrite el queso a fuego lento y revuelve constantemente para lograr una textura suave.
Sí, arma los macarrones con queso sin hornear, cúbrelos bien y refrigéralos por hasta 24 horas. Hornéalos justo antes de servir.
Combina pan rallado con manteca derretida y hornea hasta que se dore, o asa durante 2 o 3 minutos para que quede más crujiente.