Los médicos permitieron que el perro entrara a la habitación para despedirse de su dueño; unas horas más tarde, la enfermera entró y gritó horrorizada.
— Ritchie… ¿Dónde estás, pequeño…?

Ritchie, su viejo perro peludo pero fiel, al que encontró de cachorro al borde del camino. Habían pasado casi quince años juntos: habían perdido a su esposa, a su hijo, su hogar, a sus amigos… todo menos el uno al otro.
Ese día, cuando la enfermera entró a cambiarle la vía, el anciano de repente le agarró la mano:
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