Comience a mezclar los ingredientes con una cuchara de madera o espátula, hasta que la masa comience a unirse. La receta continúa en la página siguiente. Haga clic en el botón de abajo para ver el resto de la receta.
Coloque la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y amase durante unos 8-10 minutos, hasta que se vuelva suave y elástica. Si la masa está demasiado pegajosa, agregue un poco de harina.
Forma una bola con la masa y ponla en un bol ligeramente untado con aceite. Cubra el recipiente con un paño limpio o una envoltura de plástico y deje reposar la masa en un lugar cálido durante aproximadamente 1-2 horas, o hasta que duplique su tamaño.
Una vez que la masa haya subido, precaliente el horno a la temperatura más alta posible (generalmente alrededor de 220-250 ° C).
Desinfle ligeramente la masa y luego colóquela sobre una superficie enharinada. Extiéndalo con las manos o use un rodillo para darle la forma deseada.
Transfiera la masa extendida a una bandeja para hornear enharinada o piedra para pizza. Agregue sus ingredientes favoritos: salsa de tomate, queso, verduras, carne, etc.
Hornee la pizza en el horno precalentado durante unos 10-15 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y crujiente y el queso burbujee y se derrita.
Retira la pizza del horno, déjala enfriar un poco, córtala y ¡a disfrutar!
Recuerda que esta es una receta básica y puedes adaptarla a tus gustos añadiendo hierbas, especias u otros ingredientes a la masa.