Mi esposo de repente le compró un vestido rojo a su cuñada y dijo que era su cumpleaños, aunque había olvidado el de su esposa dos días antes. Me sentí muy mal cuando supe la verdad sobre él.

 

 

Mi suegra, Sarla Devi, nos reunió en la terraza donde solía secarse el papadam. Hoy no hubo charlas triviales. Arjun se quedó en silencio, Rohan se apoyó en la barandilla y Priya se retorció las manos hasta que se le pusieron blancos los nudillos.

Dejé sobres sobre la mesa: el recibo, las fotos del café, el ticket de Goa.

Me encaré con Arjun:

“Habla. Delante de tu madre, delante de tu hermano”.

Arjun respiró hondo:

“Yo… me equivoqué. Empezó con charlas casuales, pero me pasé de la raya. Creí que tenía el control, pero no”.

Rohan apretó los dientes:

“Hermano, antes de casarme, ¿tú y ella…?”

Arjun publicó:

“Hubo una chispa. Lo terminamos. Di por hecho que se había ido”.

Priya sollozó:

“Lo siento. Intenté resistirme, pero cada discusión con Rohan… me llevaba hacia él”.

Sarla Devi golpeó la mesa:

“En esta casa, mejor separarse que vivir de mentiras. Una vez rota la confianza, no se puede forzar.”

Me volví hacia Rohan:

“¿Qué quieres? Te apoyaré.”

Rohan tragó saliva:

“Quiero honestidad y respeto. Lo demás, lo decido yo.”

2) Tres documentos y un mangalsutra
Saqué tres papeles:

 

 

 

 

⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬

Leave a Comment