Me llamo David. Tengo 50 años y he sido padre soltero durante casi dos décadas. Mi esposa falleció cuando nuestra hija Emily tenía apenas tres años. Desde entonces hemos sido solo nosotros dos: padre e hija, intentando juntos salir adelante en la vida.
Có thể là hình ảnh về 4 người
Emily tiene ahora 22 años, acaba de graduarse en la universidad con un título en diseño gráfico y recientemente comenzó a trabajar en una startup creativa en el centro de la ciudad.
Advertisement
Siempre ha sido muy reservada respecto a sus relaciones. Nunca la presioné. Mi único consejo era: *“Asegúrate de que la persona que elijas te respete.”*
Un anuncio inesperado
Una cálida tarde estaba en el garaje reparando una puerta chirriante cuando Emily entró. Su rostro irradiaba alegría, pero había en él una extraña tensión.
—Papá —dijo—, esta noche traeré a mi novio a cenar. Hace tiempo que quería conocerte.
Me quedé inmóvil por un instante, no por el hecho de que tuviera novio, sino por la forma en que lo dijo: a medias emocionada, a medias nerviosa.
—¿Cuánto tiempo llevan saliendo? —pregunté.
—Casi cinco meses —respondió rápidamente—. Su trabajo lo mantiene de viaje a menudo, así que… no sabía cuándo sería el momento adecuado para contártelo.
Asentí, tratando de disimular mi sorpresa. Esa noche puse la mesa y cociné una cena clásica: pollo asado, puré de papas, ensalada César y un pastel de manzana que se enfriaba en la encimera.
La primera impresión
A las siete en punto sonó el timbre. Emily estaba al lado de un hombre alto con camisa blanca. Se presentó como Mark y dijo que trabajaba en ciberseguridad. Su apretón de manos fue firme, pero extrañamente frío, y su sonrisa nunca alcanzó sus ojos.
Intenté animar la cena con conversación trivial, pero algo se sentía mal.
⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬