Mi nuera me llamó su “niñera incorporada” — esa fue la gota que colmó el vaso
Eligiéndome a mí misma
En lugar de ahorrar dinero para la familia como había planeado, decidí gastarlo en mí: unas merecidas vacaciones. Ahora estoy viajando, disfrutando de paz y tranquilidad, y por fin recordando quién soy más allá del cuidado de niños.
No he respondido a sus mensajes pidiéndome ayuda. Una parte de mí se siente culpable, pero otra se siente más tranquila.
Y, sin embargo, una pregunta persiste en mi corazón: ¿esto me convierte en una mala suegra… o una mala abuela?