My Brother Stole from Me After I Helped Him—But Setting Boundaries Was What Finally Saved Him

Unas semanas después, recibí una llamada de una completa desconocida llamada Marissa, quien me dijo que Darren también había estafado a su primo robando dinero y fabricando su éxito. Luego, mi madre llamó para decirme que Darren había sido detenido por cometer fraude en internet. Por fin lo habían declarado responsable. Mi madre insistió en que fuera a verlo, ya que necesitaba ayuda. Sin embargo, le dije que necesitaba un espejo, no apoyo, por el momento.

A Darren le dieron un período de prueba y requirió rehabilitación en enero. Lo vi en el supermercado unas semanas después. Parecía más tranquilo y consciente. Me dio un plan de pagos que implicaba pagar 100 dólares cada dos semanas. Lo acepté porque, por primera vez, asumía la responsabilidad de sus actos, no por el dinero.

Solo con fines ilustrativos.
Darren me está pagando, trabajando en un almacén, yendo a tratamiento y, gradualmente, Reparando nuestra relación ocho meses después.
De hecho, hablamos cuando lo invité a cenar. “¿Sigues pensando que soy un desastre?”, preguntó. “No, porque por fin dejaste de culpar a los demás”, dije.

Lo más difícil que he aprendido es que, a veces, el mal comportamiento puede ser posible gracias a la gracia. Lo más amoroso que pude hacer fue poner límites: denunciarlo, cortarle el paso. Por mí, no por él. Comprendí que el amor no requiere que renuncies a la calma, y que no soy responsable del peor momento de otra persona. El amor a veces requiere dar un paso atrás y permitir que alguien finalmente se confronte consigo mismo.

Leave a Comment