Método paso a paso:
Paso 1: Precalentar el horno.
Precalentar el horno a 160 °C (325 °F). Colocar un paño de cocina en el fondo de una bandeja para hornear profunda y reservar. Esto ayuda a que los ramequines se mantengan estables en el baño María después.
Paso 2: Calentar la leche.
Vierta la leche en una cacerola mediana y caliéntela a fuego medio-bajo. Caliente hasta que esté caliente, pero sin llegar a hervir, a unos 50-60 °C (120-140 °F). Verá pequeñas burbujas en los bordes. Remueva de vez en cuando para evitar que se queme.
Paso 3: Batir los huevos y el azúcar.
En un tazón grande, batir los huevos, el azúcar, la sal y la vainilla hasta que estén bien mezclados. No se trata de incorporar aire, solo mezclar hasta obtener una mezcla suave.
Paso 4: Templar los huevos.
¡Este es el paso clave para evitar que se revuelvan! Vierta lentamente un poco de leche caliente en la mezcla de huevo, batiendo constantemente. Esto calienta los huevos gradualmente sin cocinarlos. Una vez mezclados, continúe agregando el resto de la leche en un chorro constante mientras bate.
Paso 5: Colar para obtener una crema suave.
Verter la mezcla de natillas a través de un colador de malla fina en un tazón limpio o una taza medidora grande. Esto elimina cualquier resto de huevo cocido o cáscara y garantiza una crema suave.
Paso 6: Rellenar los ramequines.
Dividir la mezcla de crema pastelera uniformemente entre 4 y 6 ramequines. Colocarlos en la bandeja para hornear forrada con papel absorbente. Verter con cuidado agua caliente (de una tetera) en la bandeja alrededor de los ramequines, hasta aproximadamente la mitad de sus bordes. Este baño maría asegura una cocción uniforme y suave.
Paso 7: Hornear suavemente.
Coloque el molde en el horno precalentado y hornee durante 30 a 40 minutos. La crema pastelera estará lista cuando los bordes estén firmes, pero el centro aún se mueva ligeramente al agitarlo suavemente. No hornee demasiado; la crema pastelera seguirá cocinándose ligeramente después de desmoldarla.
Paso 8: Enfriar.
Retire los ramequines del baño María y déjelos enfriar sobre una rejilla. Una vez a temperatura ambiente, cúbralos y refrigérelos durante al menos 2 horas o hasta que estén completamente fríos y cuajados.
Paso 9: Decorar y servir.
Antes de servir, espolvoree una pizca de nuez moscada molida para darle un toque tradicional. Sírvalo solo, con frutos rojos, caramelo o una pizca de canela.
Consejos para el éxito:
Siempre templa los huevos lentamente; esta es la mejor manera de evitar que se cuajen.
Usa huevos y leche frescos de buena calidad para obtener el mejor sabor.
La leche entera crea un buen equilibrio, pero para una crema pastelera ultra lujosa, usa crema media y media o un chorrito de crema.
Un termómetro ayuda: caliéntala a una temperatura interna de 77-80 °C (170-175 °F) para una cocción perfecta.
Este método infalible ofrece resultados consistentes, tanto si eres principiante como si eres un repostero casero experimentado. Una vez que lo domines, esta crema pastelera puede ser la base de infinitas variaciones: prueba a infusionar la leche con lavanda, ralladura de cítricos o especias para un toque gourmet.
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